Aunque no lo parezca, el océano está lleno de microorganismos, algas y otros elementos que pueden hacer auténticos milagros en nuestra piel.

Uno de ellos es la espirulina, una microalga de color azulado-verdoso con forma de espiral. De igual manera que el alga rojiza, chondrus crispus, la espirulina también la podemos encontrar entre los componentes ‘mágicos’ de muchos productos de cosmética para cuidar la piel.

Propiedades de la espirulina

Desde hace unos años, la palabra espirulina es bastante conocida, sobre todo en el mundo gastronómico. Esta cianobacteria está compuesta por vitaminas de tipo B, hierro y proteínas, lo que la convierten en un suplemento alimenticio o en un ingrediente más de los platos de restaurantes de vanguardia.

Su fama ha sido tal que ha llegado a ser denominada como un nuevo ‘superalimento’ por su riqueza en nutrientes como calcio, potasio, magnesio, niacina y los anteriormente nombrados. Además, también se ha utilizado como tratamiento para perder peso, tratar la diabetes o el colesterol alto, aunque esto no está científicamente probado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Beneficios de la espirulina para nuestra piel

Este microalga verdoso se puede encontrar en las aguas marinas, aunque los primeros descubrimientos se hicieron en el lago del Chad, donde lo utilizaban como alimento. Actualmente se cree que el 99% de la producción de espirulina procede de China, el lugar donde más se cultiva del mundo.

Las algas son uno de los elementos que se utilizan en la cosmética coreana, que conoce desde hace mucho tiempo los beneficios que tienen para nuestra piel. Los tratamientos con algas se recomiendan especialmente para cuidar pieles secas o dañadas, que han sufrido agentes externos como el frío, el estrés, la sequedad u otras irritaciones.  

En el caso de la espirulina es rica en antioxidantes, vitaminas minerales y ácidos grasos omega. Todo esto son nutrientes para la piel que hace que luzca más hidratada y rejuvenecida, por lo que también se recomienda a las pieles maduras para contrarrestar los efectos del envejecimiento de la piel.