Nuestra piel es la barrera física entre el organismo y el ambiente, y como tal cumple funciones de vital importancia, como protegernos frente a la pérdida de agua y electrolitos, reducir la penetración de sustancias químicas y protegernos frente a la entrada de microorganismos patógenos, entre muchas otras. 

Seguramente habrás notado que el aspecto de la piel de un bebé, la de un adolescente, la de un adulto y la de un anciano difiere entre sí, e incluso es posible que te hayas preguntado el por qué.

¿Qué es lo que cambia entre ellas y hace que se vean tan distintas? La respuesta es, sin duda, el estado de envejecimiento de su piel.

 

Qué es el envejecimiento de la piel

El envejecimiento de la piel es un proceso continuo en el que progresivamente se producen cambios morfológicos (en la forma) y funcionales (en la función) en la piel. 

Algunos de los efectos derivados del envejecimiento de la piel son la formación de arrugas, la laxitud (falta de firmeza, que a veces llamamos flacidez) y las modificaciones en la pigmentación (manchas en la piel). 

 

Tipos de envejecimiento de la piel

Distinguimos entre dos tipos de envejecimiento: el cronoenvejecimiento y el fotoenvejecimiento.

El primero, también llamado envejecimiento cronológico, es aquél que se da a causa del paso del tiempo, y cuyos efectos comienzan a ser visibles aproximadamente a partir de los 25-30 años; el fotoenvejecimiento, por su parte, se debe a la incidencia de los rayos solares sobre nuestra piel y es capaz de agravar profundamente los signos del cronoenvejecimiento. La piel de las áreas más fotoexpuestas, como el rostro, el cuello o las manos, siempre muestra los rasgos más intensos de envejecimiento, como las alteraciones de la pigmentación y las arrugas.

Por ejemplo: la piel de una persona de x años debería mostrar un aspecto de x años debido al cronoenvejecimiento; sin embargo, si su piel se ha sometido a una exposición solar excesiva, es posible que muestre un aspecto más envejecido que el de x años. Un experimento muy interesante es este: se realizó entre gemelos idénticos, pudiendo observarse los efectos del sol y de hábitos que aceleran el envejecimiento, tales como fumar. 

¿Cómo evitar el cronoenvejecimiento y el fotoenvejecimiento?

El cronoenvejecimiento es, en cierto modo, inevitable, ya que el paso del tiempo también lo es. Esto tiene ciertos matices, pues existen técnicas de medicina y cirugía estética que lo combaten, como la aplicación de toxina botulínica (¿has oído hablar del bótox coreano? Échale un ojo a este artículo).

Por otro lado, podemos prevenir de una forma muy sencilla y eficaz el fotoenvejecimiento mediante estrategias que bloqueen o atenúen los efectos del sol sobre nuestra piel, como por ejemplo con el uso continuado de productos de protección solar y antioxidantes. Lo mejor de todo esto es que puedes prevenir el fotoenvejecimiento con cosmética, sin que sea estrictamente necesario pasar por una clínica de medicina estética.

Tengas la edad que tengas, si quieres prevenir el fotoenvejecimiento, ¡comienza a protegerte del sol desde este mismo momento! En este artículo podrás encontrar cuál es el protector solar de MiiN más adecuado para ti, y en este otro te hablamos de un producto cargado de ingredientes antioxidantes.

 

Cambios en la epidermis y en la dermis debidos al envejecimiento

1. Epidermis más fina

La capa epidérmica se afina respecto a la de una piel joven, y la unión entre esta capa y la dermis (la siguiente capa en orden de profundidad) se aplana, resultando en un aumento de la fragilidad de la piel y en una reducción de la transferencia de nutrientes entre las dos capas (es decir, la capa más superficial recibe menos nutrientes). Además, el ciclo de renovación de la epidermis se enlentece. Todo ello causa que el proceso de descamación natural de la piel sea menos efectivo y que la cicatrización de heridas sea más lenta.

¿Cómo podemos contrarrestar estos efectos? Por un lado, mediante el uso de peelings químicos, como los que contienen AHAs o PHAs. Estos ayudan a que las células muertas del estrato córneo se desprendan, promoviendo que el ciclo de recambio de las células de la piel se reactive y, en definitiva, dejan nuestra piel renovada y más luminosa. Prueba el tónico Yes I Am Toner de Jumiso: te encantará su efecto glow, alisador de la textura, suavizante e hidratante. Por otro lado, puedes nutrir la epidermis e hidratarla con ingredientes beneficiosos, tales como los ácidos grasos o el ácido hialurónico. Te encantará la línea Blooming Lifting de All Natural por sus texturas untuosas y aterciopeladas y por su composición rica en aceites vegetales, como la cera de jojoba y la manteca de karité.

2. Aumento de las zonas hiperpigmentadas

La densidad de melanocitos (células que producen el pigmento melanina) disminuye de un 6% a un 8% por década. Sí, has leído bien, ¡disminuye! Sin embargo, los melanocitos en la piel envejecida se distribuyen con preferencia en las zonas más expuestas a la radiación solar, lo cual explica el aumento de la pigmentación en algunas zonas del rostro: las manchas hiperpigmentadas (lentigos solares). Existen otros tipos de manchas que no trataremos en esta ocasión, como el melasma, que se deben a patologías subyacentes y que precisarían de un tratamiento dermatológico.

Y si has notado que con el paso del tiempo te han salido más manchitas y quieres evitarlas, ¿qué puedes hacer? 

En primer lugar, protegerte del sol con un producto adecuado: será tu tratamiento anti-aging principal y el que en mayor medida evitará que esas manchitas vayan a más. Protegerte del sol no sólo tiene la función estética de prevenir el desarrollo de las manchitas, sino que además tiene un rol primordial en la prevención del carcinoma cutáneo (el cáncer de piel).

En segundo lugar, puedes aplicar un producto cuyo objetivo sean las zonas hiperpigmentadas, como este: I’m 8.8% Spot Treatment de Suntique, que contiene ingredientes de evidencia científica contrastada como el ácido tranexámico, arbutina y niacinamida.

3. Poros ¿más grandes?

La producción de sebo disminuye con la edad, alrededor de un 23% por década en los hombres y  un 32% por década en las mujeres (por cierto, si eres hombre, échale un ojo a este artículo sobre cómo cuidar tu piel). Sin embargo, el tamaño de las glándulas sebáceas aumenta y, junto con la laxitud de la piel producida por el descenso en la producción de fibras de la dermis (en el punto siguiente te lo explicamos), puede causar que los poros se vean más grandes a medida que envejecemos.

No podemos evitar el paso del tiempo. Sin embargo, sí puedes ayudar a que los poros estén más limpios (y, por tanto, a que se vean más pequeños) mediante el uso de ácidos BHA, como los del famoso tónico AHA/BHA Clarifying Treatment Toner de Cosrx.

4. Descenso en la producción de fibras de la dermis

La dermis, que es la segunda capa más profunda de la piel respecto al ambiente, contiene células llamadas fibroblastos que producen proteínas fibrosas llamadas fibras dérmicas. Las fibras más frecuentes, y de las que seguro has oído hablar, son el colágeno y la elastina. Ambos tipos de fibras son las responsables de la firmeza y la elasticidad de la piel. Con la edad, desciende el número de fibroblastos en la piel y de fibras dérmicas.

En general, los cosméticos no tienen la capacidad de penetrar hasta la dermis y, por tanto, es difícil reemplazar el colágeno perdido mediante la aplicación de productos de forma tópica. Uno de los activos que han mostrado capacidad de promover la producción de colágeno en la dermis cuando se incorporan en productos tópicos es la Vitamina C. Puedes probar Freshly Juiced Vitamin Drop de Klairs: contiene un 5% de Vitamina C pura, un activo que, además, es capaz de prevenir y atenuar la hiperpigmentación y es muy eficaz como antioxidante. ¡3 en 1!

¿Un resumen?

  • Exfolia tu piel ligeramente con ácidos AHA o PHA
  • Nútrela con productos específicos para pieles maduras
  • Protección solar ¡todos los días!
  • Limpia bien tus poros con ácidos BHA
  • Incorpora la vitamina C en tu rutina, es un activo completísimo
  • Evitar el sol, el alcohol, el tabaco y la mala alimentación 🙂

¿Alguna duda sobre el envejecimiento de la piel? Te leemos.

Amparo Violero y Maria Altur